10.19.2010

Como la vida misma

Eran las cuatro de la madrugada cuando alguien llamó a la puerta. El molesto zumbido hacía retumbar toda la casa y ya debería haber despertado a media escalera.
Al abrir la puerta la encontre vestida en pijama con un gorro de lana y una bolsa en la mano.
-¡Buenas noches!...¿os desperte?¿puedo dormir aqui?¿molesto?¿te he cabreado?¿estas bien?...?
Tantas preguntas seguidas me mareaban y lo pronto de la hora no era de gran ayuda...
-¿Sabes que hora es?
-Tengo churros...
-¡Bienvenidaaa!

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